Abruma la cantidad de casos en los últimos años en los que una condena mediática, sin proceso legal mediante, ha logrado eliminar de la vida pública o erosionar la reputación de alguien por algún comentario, gesto, broma o acusación de violación o acoso sexual dado que el «Believe Women/Yo sí te creo, hermana» pasa a ser un principio epistemológico