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De la Ilustración a Vox. Una historia de las derechas españolas

González Cuevas ha escrito un libro que necesariamente devendrá en obra de referencia para los estudiosos, un trabajo remozado y renovado

GONZÁLEZ CUEVAS, Pedro Carlos, Historia de la derecha española. De la Ilustración a la actualidad (1789-2022), Editorial Planeta, Barcelona, 2023. 1084 páginas

Aquellos que nos preciamos de la condición de discípulos de Pedro Carlos González Cuevas, quien se desempeña como profesor titular de Historia de las Ideas y de las Formas Políticas en ese infravalorado centro de saber que es la UNED, hemos recibido con comprensible expectación la llegada a las librerías de su más reciente libro. Se trata de Historia de la derecha española. De la Ilustración a la actualidad (1789-2022), obra ambiciosa, enciclopédica, cuyo contenido y aparataje documental trascienden holgadamente el texto que González Cuevas dio a la imprenta el año 2000 en la desaparecida editorial Biblioteca Nueva, Historia de las derechas españolas. De la Ilustración a nuestros días. No se trata, por tanto, de una mera reedición del libro publicado hace veintitrés años, ni tampoco de una simple prolongación del contenido de aquel hasta el más radical de los presentes; estamos ante un trabajo remozado y mejorado, provisto de una bibliografía todavía más amplia que la del primer trabajo, que conserva las tesis y conclusiones del texto de 2000, y que, no obstante, se ve enriquecido por dos novedades de alcance insertadas en su contenido.

La primera de ellas es el estudio de la condición femenina en el pensamiento conservador y del papel, en absoluto desdeñable, del papel desempeñado mujeres egregias (Emilia Pardo Bazán, María de Maeztu, Pilar Primo de Rivera) en la conformación y despliegue de la tradición conservadora española, cuya pluralidad y heterogeneidad constituyen el genuino leitmotiv de la obra que nos ocupa. La segunda de las novedades incluidas es consecuencia inevitable de la ampliación del alcance del estudio hasta 2022. Nos referimos al detallado análisis que el profesor González Cuevas hace de la génesis, desarrollo y consolidación del partido Vox, así como de los principios ideológicos que lo informan, los cuales el autor estima como plenamente insertos en la venerable tradición liberal-conservadora, aunque reformulados. Reformulados y reelaborados a fin de construir un discurso “identitario” del cual Vox se ha valido para erigirse en sucursal española del frente europeo surgido para oponerse a las disolventes políticas propugnadas tanto por la izquierda sentimental, firmísimamente instalada en nuestro país, como por el capitalismo transnacional.

Es menester aclarar que el sutil cambio introducido en el título respecto al libro publicado el año 2000 (“Historia de la derecha” , en singular, en vez de Historia de las derechas”, en plural) no obedece a una revisión de la tesis fundamental defendida por González Cuevas hace dos décadas, en virtud de la cual la tradición conservadora y derechista, lejos de dimanar de una única matriz doctrinal y de constituir una respuesta monolítica a la modernidad política y a las hondas transformaciones de toda índole que esta acarreó, históricamente ha sido plural y heteróclita. Le consta al autor de esta reseña que la modificación del título responde a una decisión editorial que el autor acató al juzgar que no revestía importancia y que no generaría confusión en el lector. 

La referida pluralidad de las derechas españolas se quintaesencia, de acuerdo con el fundado dictamen del autor, en dos grandes corrientes, a saber: la “teológico-política” o tradicionalista a secas, y la liberal-conservadora. Ambas experimentaron hasta la segunda mitad del siglo XX un fuerte influjo del catolicismo, lo cual, además de dotar al pensamiento político español en general y derechista en particular de un elemento legitimador esencialmente religioso, propició que en España no arraigase un nacionalismo conservador de base laica ni tampoco el fascismo, entendido este como un movimiento revolucionario protagonizado por clases medias ascendentes. Ambas corrientes convergieron en el régimen de Franco, en el transcurso del cual el tradicionalismo no obstante periclitó hasta extinguirse como alternativa política. No cabe sino coincidir con el profesor González Cuevas cuando sostiene que Blas Piñar y el movimiento por él fundado, Fuerza Nueva, representaron los últimos estertores de una añeja tradición política que, en la época del desarrollismo, del aggiornamento de la Iglesia católica y de la aceptación por esta del principio de libertad religiosa había devenido inevitablemente en anacrónica. En cuanto a la corriente liberal-conservadora, sobrevivirá al franquismo, si bien con el aparente resurgimiento experimentado por ella durante el periodo de transición se evidenciará su confusión y acomplejamiento desde el punto de vista doctrinal e ideológico. Surgirá entonces la “no izquierda” certeramente advertida por otro gran historiador de la derecha española y europea, Stanley Payne. Sea como fuere, sostiene el profesor de la UNED que Vox, una vez consumado su ingreso tanto en las Cortes Generales como en la mayoría de los parlamentos autonómicos, “ha recuperado parte del acervo ideológico del conservadurismo tradicional español”. Contundente juicio que González Cuevas había expuesto en obras anteriores y del que desprende un comprensible desiderátum: que Vox logre integrar las diferentes corrientes patrióticas que han convergido en un seno para así convertirse en una fuerza política susceptible de aglutinar el voto conservador en España.

En cualquier caso, y sin perjuicio de la existencia de algunas omisiones en el texto, como la del pensamiento y obra ese eximio intelectual del franquismo que fue Jesús Fueyo, lo cierto es que González Cuevas ha escrito un libro que necesariamente devendrá en obra de referencia para los estudiosos de las distintas tradiciones de la derecha española. Si bien por su extensión y elevada densidad racional se trata de un libro a priori no apto para el lector interesado en el relato cronológico superficial, lo cierto es que este trabajo aúna las dos grandes virtudes de la obra literaria de Pedro Carlos González Cuevas: una portentosa erudición formulada siempre en una prosa límpida, libre de todo artificio, así como su firme voluntad de contribuir desde la historia, entendida cabalmente como ciencia de los porqués, y el rigor metodológico al esclarecimiento de la verdad.

Se trata, en definitiva, de una obra culta y de consulta, pero estamos también ante una obra “de combate”, un trabajo cuyas tesis y conclusiones van dirigidos como arietes contra la médula misma de la vulgata progresista acerca de la historia de España. Un trabajo que de haberse publicado en otro país y en otra lengua, donde rigiera lo que Ortega y Gasset denominó “el estado mayor de la envidia” contribuiría a situar a González Cuevas a la altura de egregios intelectuales que han cultivado el estudio del fenómeno fascista y el pensamiento derechista, como Renzo de Felice o Ernst Nolte. Un trabajo, en definitiva, que enriquece el felizmente cada vez menos aletargado debate intelectual en España y que atestigua que el cultivo honesto y exhaustivo de la historia sigue siendo el medio idóneo para comprender el presente y para sentar las bases de un futuro. González Cuevas, en suma, recuerda a sus lectores que somos criaturas históricas y que el futuro, por mucho que se empeñen algunos detentadores del poder, no está escrito.

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