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Frank G. Rubio: «Nos gobiernan delincuentes baratos, archipillos que se ven a sí mismos como Masters del Universo»

Entrevista con el escritor madrileño sobre disidencia, políticas covidianas, Estado Terapéutico y derivas del Estado Global Mundial

   El escritor Frank G. Rubio (Madrid, 1956) es, gracias a su larga trayectoria disidente, un caso excepcional: su formación incompleta en Derecho, Biología, Economía y Ciencia Política junto con el interés desarrollado en numerosos libros conjuntos en ámbitos tan dispares como la Literatura y el Cine Fantásticos, o el Esoterismo, el Ocultismo y la así llamada Teoría de la Conspiración hacen de él un raro espécimen en el panorama cultural español. Su último libro publicado hasta la fecha es Pensamiento envenenado: «Covidistopía y Estado Terapéutico» (2023, Editorial Manuscritos). Se trata de un texto llamado a inscribirse entre las más sagaces reflexiones en nuestra lengua realizadas sobre nuestra actual realidad. Hablamos sobre lo innombrable con él en un lluvioso día de noviembre en Madrid para conocer mejor las corrientes ocultas que subyacen a la actualidad.

¿Podríamos decir que por su independencia intelectual y su rechazo radical de la “Covidistopía” es usted una suerte de reaccionario? ¿Qué entiende por esta palabra?

  Lo primero de todo Guillermo es: no me trates de usted, por favor.

  La independencia es fácil de explicar por mi peculiar formación intelectual, en gran medida elaborada en lo disperso y lo autodidacto, unida a una misantropía de fondo que para mí es virtud. Aprecio mucho más a los semejantes que aprecio porque no ando lastrado con memeces como el amor al prójimo. Una de las mentiras más productivas que manejan con furor los bien pensantes.

  No me considero un reaccionario aunque, al no ser progresista y valorar en general todo lo que va contracorriente, algunas personas podrían verme a través de esa oscura lente. Me siento libre para mutar en pensamiento y obra, precisamente porque cada día percibo más mi ignorancia.

   Mi rechazo a la COVIDISTOPÍA es un caso concreto de la repugnancia que experimentó hacia los buenos sentimientos y los ideales utópicos. El cristianismo y su santurronería me repugnan. Recuerdo perfectamente cuando entré en contacto con la Sociedad Española de Ciencia-Ficción, donde se hacía profesión de fe “antiplatillos volantes”, la antipatía que despertaban ya en mí las utopías consideradas parte del canon de la SF. Las utopías son para mí lo que para otros son los OVNIs.

¿Es posible hablar de contracultura en España? En caso afirmativo, ¿se siente parte de ella?

Llevo sobre la Tierra sesenta y siete años y puedo asegurar que en el pasado existió contracultura en España. Como la hubo en otros países. Las cosas han ido cambiando, no vivimos ya en los años setenta. Franco ha muerto y la Transición creó un nuevo régimen que se ha vuelto tan rígido con relación a lo que hablamos como el anterior. Si no peor.

   En general y a partir de los noventa, con el colapso del espejismo de “la Movida madrileña” donde jugaron su papel los últimos vestigios y ritmos vinculados a lo “underground”, la capacidad de fagocitación de los entornos culturales institucionales ha hecho casi imposible la presencia significativa de materiales contraculturales. La música ha sido hasta hace poco una casi excepción. Los últimos fanzines se han refugiado en la música y en algunas propuestas plásticas. Fanzines contraculturales relacionados con el cine se han convertido en publicaciones profesionales. Estoy generalizando lo que significa que caben excepciones pero muy puntuales.

   Por descontado que hay editores que creen hacer contracultura reciclando obras que fueron contracultura en el pasado o perpetrando gestos neosituacionistas o surrealistas en circunstancias demasiado normalizadas para que quepan en ellas intensidades de ruptura. Lo políticamente correcto, el feminismo, la cultura woke o el izquierdismo de baratillo, que se asumen acá con la mediocridad con la que se asume todo, no son contracultura son modulaciones de disidencia controlada y juegos masturbatorios para los alevines de las clases altas y medias de la socialdemocracia. Fuera es igual,

   Pero sí creo que es posible una contracultura, en España hay materia para una Cultura del Apocalipsis (VALDEMAR-Adam Parfrey) lo que pasa es que hay que hacerla y hacerla bien. Es decir: a la contra de la cultura oficial. Hay que correr riesgos y hacer cosas valiosas. El conformismo y la mediocridad ambiental en los espacios culturales, de los cuales hoy es vector prevalente el izquierdismo, lo ponen difícil. Podría ser pero por ahora no es. O lo es en sordina.

¿Qué papel han jugado notables personajes autodenominados como “filántropos” en el panorama farmacológico moderno? Por poner un ejemplo: John D. Rockefeller. Además de lo que nos pueda contar de esa figura, ¿qué otros nombres se le ocurren?

La reforma de la medicina que se puso en marcha en los Estados Unidos con el Informe Flexner en 1910 fue esencial. La Fundación Carnegie, modélica institución filantrópica, lo avaló. Numerosas escuelas y prácticas médicas tuvieron que cerrar. Comenzaron los tiempos de la medicina alopática y su pertinente burocratización, también los grandes negocios de la farmacología. La actual crisis del COVID y la masacre que están desplegando las vacunas es uno de sus efectos visibles.

   La iatrogenia, los males que surgen en el contexto de tratar la enfermedad de determinada manera supuestamente acertada, es la tercera causa de mortalidad en los Estados Unidos. En España no lo sabemos porque nadie trata siquiera de medirlo.

  La medicina que trata al paciente como una máquina y lo despersonaliza y degrada viene de estas instancias. La militarización de nuestras sociedades está íntimamente relacionada, aquí y ahora, más con las prácticas médicas que con las guerras. La movilización total lleva mascarilla, vacuna sin preocuparse de los efectos secundarios y practica la eugenesia descarnadamente mediante la Sanidad Pública. Otra fantasmagoría, esta última, del Estado de Bienestar.

¿Qué momento señalaría como fundacional de la actual dictadura tecnocientífica? ¿Tal vez los años 20? ¿Y qué coincidencias encuentra entre el momento histórico actual y el período que va de 1914 a 1945?

   Es difícil rastrear el asunto y yo no soy un especialista en la cuestión pero el siglo XX, desde sus comienzos, está comprometido a fondo en ello, aunque los saberes distópicos se incuban con el positivismo decimonónico. La obra de H.G. Wells (1866-1946) es programática: The Open Conspiracy: Blue Prints for a World Revolution (1928) Foucault (1926-1984) trabaja esta cuestión desde un punto de vista muy distinto con su noción de biopoder.

   Es posible, por los que estamos viendo desde comienzos del siglo XX, que estemos al borde de otro ciclo de “guerra civil mundial” como el que designan esas fechas. Al final la “consagración de la primavera”(1913, París) desembocó en el sol doble de Hiroshima-Nagasaki (1945). Los poderes terrenales propulsan la insurrección telúrica mediante el uso sistemático de las tecnologías más variadas, cuentan con el apoyo de los poderes financieros y religiosos… pero son el miedo y la hubris su motor. Traerán con sus esfuerzos de reconstrucción mundial (Great Reset) el fin del ciclo.

¿Cómo podría definir el “Estado Terapéutico”?

Es mejor que lo defina quien dedicó mucha energía y tiempo a combatirlo, el doctor Thomas Szasz (1920-2012) del cual hay varias obras traducidas al castellano y a quien tradujo y difundió con rigor Antonio Escohotado (1941-2021). Esto que cito procede del blog de Fernando Genovés:

   “Un Estado Teológico se caracteriza, entre otras cosas, por la preocupación de su pueblo por la religión en general y por la herejía en particular. De modo parecido, lo que caracteriza al Estado Terapéutico es, entre otras cosas, la preocupación de su pueblo por la salud en general y el curanderismo en particular. Mutatis mutandis: igual que en una sociedad donde hay libertad religiosa el concepto de herejía pierde su importancia, en una sociedad donde existiera libertad médica el concepto de curanderismo perdería su significación. El absurdo mismo de la segunda perspectiva es una indicación de hasta qué punto confiamos en que el Estado proteja nuestros cuerpos. Es una confianza totalmente análoga a la que nuestros antepasados depositaban en la Iglesia como protectora de sus almas.

   Libertad religiosa significa que se es libre de dominación y persecución por motivos religiosos. De modo parecido, libertad médica, quiere decir que se es libre de dominación y persecución por parte de los médicos. Del mismo modo que la primera ha requerido la separación de la Iglesia y el Estado, la otra requiere separar la medicina del Estado.”

¿Qué relación tienen el Mercado, las multinacionales y los grupos de poder como el Fondo Monetario Internacional con el “Estado Terapéutico”?

   Sobre este asunto reina una gran confusión. Todo el mundo comprende que en una sociedad regida por el capitalismo de Estado, como era la URSS, la medicina no era otra cosa que una faceta de los designios de su clase dirigente: una oligarquía que se veía a sí misma como el partido de vanguardia.

   En las sociedades con economías mixtas, las nuestras, tanto el Estado como las grandes empresas y determinados grupos financieros se entreveran. Y aquí aparecen las multinacionales farmacéuticas y el gran negocio de las Sanidades Públicas. El mercado, me niego a la mayúscula, más allá de las supersticiones que la Izquierda elabora, no es otra cosa que una institucionalización de los intercambios basada en los contratos y por ello en la autonomía de la voluntad de cada concurrente. El problema es que la parcela de acción humana que corresponde a los mercados en nuestras sociedades  es mucho menor de lo que se supone. Entre otras cosas porque los mercados para funcionar requieren un mínimo de reglas que deben ser impuestas por un poder exterior, por ejemplo: un sistema de pesos y medidas básicos y un aparato judicial mínimo. A partir de aquí se sigue, como ha tenido lugar, la génesis de una sociedad con derechos privados tergiversados, capitalismo de amigos y desarrollo hipertrofiado de las burocracias militares, sanitarias o supuestamente educativas.

   Gran parte de los izquierdistas son funcionarios, es decir burócratas, y gran parte de los dirigentes de estas sociedades del capitalismo de amigos son empresarios o banqueros. No se oponen unos a otros, se complementan y tenemos con ello el Estado Leviatán. Nuestro mundo con la revolución de los manager que comenzó en los años 30, se vuelve más burocrático, dirigista y totalitario a impulsos de los intereses de sus oligarquías. Las cuales finalmente tratan de asentarse como aristocracia y suprimen todo tipo de controles internos de corte constitucional. Fascismo, nazismo y comunismo son ejemplos de esta tendencia. Ahora “avanzamos” hacia el Estado Global Mundial a través del poder de las corporaciones transnacionales y del Estado Administrativo desarrollado en cada una de las naciones.

   El mercado en acción es la antítesis de la movilización total.

¿Qué papel han jugado las grandes religiones, como la Iglesia Católica, y las más relevantes sociedades secretas, tales como la masonería, en la implementación de medidas coercitivas para la población? ¿Forman parte de una suerte de nueva religión?

   Las sociedades secretas por ser secretas son de difícil detección y definición en sus actividades y en las consecuencias que estas actividades provocan. La masonería no es una sociedad secreta por lo menos desde hace más de 300 años. La Iglesia Católica ha cambiado mucho desde el siglo IV después de Cristo donde hizo tabula rasa de sus orígenes. Algunos sabios como René Guénon (1886-1951) perciben que la caída de la Orden del Temple en el siglo XIV, auspiciada por la Monarquía francesa y el papado, señala el fin de la presencia del vector esotérico en esta institución.

   Hoy la pilota un jesuita argentino de simpatías peronistas con adhesiones emotivas al comunismo chino. Sospecho que pronto veremos estrellarse la avioneta y arder a sus tristes dirigentes.

   La burocratización del mundo es más intensa conforme la Máquina va tomando el mando, cosa nada rara debido al crecimiento de la población. Negado por todo tipo de cretinos o tratado de modular por cábalas de delincuentes. Desde 1956 a la actualidad casi se ha triplicado la población mundial. En 1957 no llegábamos a los tres mil millones. En España éramos casi 30 millones, hoy somos 48 millones. Por descontado que la concentración de almas muertas en las grandes ciudades se ha hecho mucho más intensa.

   Vivir hacinados implica un extra de coerción. Es inevitable que las oligarquías utilicen la tecnocracia para gestionar estas masas ingentes de bípedos, pensar lo contrario es no querer ver la realidad.

  Para poder sostener este tinglado infrahumano que quiere autodenominarse “post humano” se requiere una Gran Mentira. Un sincretismo entre los residuos seudo humanistas de las tres grandes trolas, no son ya otra cosa, y los seudosaberes ocultistas que han animado desde el siglo XVII lo que se denomina “perspectiva científica”. Todas estas santurronerías de la Nueva Era o las generalizaciones acríticas y sentimentaloides sobre el cambio climático y la necesaria operación de salvamento planetaria van en esta dirección. Una religión sin coeficiente alguno sobrenatural, estrictamente inmanentista e impuesta de modo draconiano mediante un uso sistemático de las tecnologías de la vigilancia. Una pesadilla de aire acondicionado a la vuelta de la esquina…

No estaría mal que el lector tratara de leer, en breve saldrá una nueva edición en papel, el libro que coescribí hace años con Enrique Freiré: Protocolos para un Apocalipsis (Editorial Manuscritos) Hay edición digital accesible.

¿El confinamiento mundial generalizado en Occidente habría sido posible sin Internet? ¿De qué forma influyen las nuevas tecnologías para el marco de Biopoder en el que nos encontramos?

   El confinamiento vino de China comunista donde se aplicó de manera sistemática. Aunque fue elaborado por círculos dirigentes globalistas no solo por los de los ojos oblicuos…En los países occidentales se implementó de modo diverso aunque se trató de imitar a las hormigas rojas. Suecia ostensiblemente no siguió ese camino y los países del Este y Rusia salieron del paso como pudieron.

   La Nueva Religión dejó ver su patita…no es raro el apoyo del Dalai Lama, el Papa o los prebostes islámicos a todas estas medidas. Del rey Carlos, por entonces Príncipe, vinculado al sufismo y según fuentes informadas a la “Tradición” qué os voy a contar…

   Las religiones son en gran medida políticas, más en las condiciones terminales como las que afronta la Humanidad en las Postrimerías.

   Las nuevas tecnologías, las tecnologías, son las herramientas en las que creen los clanes dirigentes desde hace siglos. La Tecnocracia comenzó siendo una secta filosófica surgida en un país católico, la repugnante Francia. Sin embargo la Gran Guerra se hizo sin radio, sin televisión y apenas sin aviación. Sacrificaron a la juventud, aparentemente en nombre de las patrias, con orquestación religiosa abrahámica. Pero fue una hecatombe que ni siquiera Cartago o los aztecas hubieran osado realizar. Nos gobiernan delincuentes baratos, archipillos que se ven a sí mismos como Masters of Universe, al servicio de sociedades secretas compuestas fundamentalmente por asesinos.

Según usted, estamos en un marco bélico. Numerosos políticos y periodistas utilizaron un lenguaje de guerra para referirse a la pandemia. ¿Hasta qué punto la información es hoy un arma como fue durante las dos guerras mundiales?

   Estar, lo que se dice estar, estamos cada vez más lejos de las realidades porque las ideologías y prácticas posmodernas son claramente anticontemplativas, inmanentistas y desontologizadoras. La profanación de la Presencia, la Sekinah, es el leit motiv no sólo de filósofos como Derrida (1930-2004) o Baudiou, el odioso maoísta francés, sino de todas y cada una las tecnologías de la comunicación, las prácticas médicas o las innovaciones aeroespaciales y robóticas. La deconstrucción y la devastación de las Humanidades por la chusma antirracista, feminista y LGTBI forman parte de “esto”.

   El fin del ciclo impone una regresión generalizada, retornando antes del nacimiento del nuevo eón a condiciones de desintegración caótica e inhumanidad. Esto ya ha ocurrido en otras ocasiones y ha coincidido con el desmoronamiento de civilizaciones o la extinción de Humanidades.

Poco antes del Final se producirá el retorno de los Descatalogados.

   Leed a Lovecraft…

Siguiendo con la analogía bélica, ¿diría que se ha pasado de un enemigo externo al Estado por un enemigo interno en este caso ejemplificado por los “malos ciudadanos”, es decir, los refractarios al nuevo marco como el caso de los así llamados “antivacunas” o “negacionistas”?

   Las Utopías originales son obras literarias, inspiradas en La República de Platón que también era una obra literaria. En estos espacios insulares idealizados, geométricamente tabulados, la cuestión básica para los proyectores es la conducta de los habitantes de estos lugares. De ahí se sigue la prioridad de la lucha con el enemigo interno. De las amenazas exteriores se habla con poca frecuencia, no interesa.

   Se ha puesto en práctica un juego de guerra que ha tenido mucho de juego de rol, donde las buenas gentes han participado con mayor o menor fruición. De todo esto se han extraído numerosos datos o metadatos que ya están alimentando las máquinas de pensamiento para elaborar simulaciones que puedan transformarse en nuevos juegos.

  A todo esto hay que señalar que el cristianismo, en la medida que se convirtió en religión oficial de una organización en estado de profunda descomposición: el Imperio Romano, tenía en su seno el germen sectario y se acopló perfectamente al asunto. Claro está que el tinglado se desmoronó como un castillo de naipes en el ala Oeste…

¿De qué forma encara la cristalización de un estado de ánimo sobre el papel con la voluntad de expresión y, al tiempo, con una suerte de meta-reflexión donde se incluye lo anterior y que parece estar igualmente presente en su obra?

   Yo escribo para quien lee. Leer es un acto que poco tiene que ver con andar “estudiando” o “informándose” en prensa. Leer es, aquí y ahora, algo natural; quizá en el futuro devenga un ejercicio minoritario y clandestino. No me extrañaría nada. La escritura no es sólo un estorbo para la memoria, como pensaba Platón con buenas razones restringidas al ámbito histórico de su tiempo, también es una manera de estar sólo y por ello no berrear con la tribu. ¡Y qué tribu!

   El periodismo trata de emponzoñar la escritura, no todo el periodismo… ni todos los periodistas, pero ya casi el 80% Es una religión de la simplificación y la manipulación de las representaciones.

   Mi obra es una obra menor y espontánea, en el sentido de la tauromaquia, y muchas veces es literariamente poco refinada. Pero trato de hablar de lo que veo y siento. Algunas personas se sienten incómodas con los estilemas apocalípticos, herméticos o poéticos. Que les den…que no lo lean.

   Los profetas hablaban, como los filósofos, a la gente que pasaba por los caminos y mercados, no se mordían la lengua…avisaban y aventaban a la vez el Fuego que Vendrá.

   Los dioses ríen mientras las ciudades arden…es dulce escuchar sus carcajadas. El hombre es flor de un día y perspectiva de signos…pasará.

¿De qué forma se puede sobrevivir de manera práctica al nuevo marco histórico en el que nos encontramos?

   La Historia muestra, tanto en Occidente como en otras sociedades, que se alternan las vacas flacas con las vacas gordas, las opresiones terribles con momentos donde es posible vivir situaciones de libertad y dignidad. El hombre individual, y los grupos constituidos por seres libres, existirá siempre y combatirá con mayor o menor éxito las tendencias fagocitantes. Ingenio y coraje son siempre necesarios, así como una lucha continuada no tanto para adaptarse como para vencer estas tendencias. No hay una receta general y habrá que percibir las realidades a cambiar desde la perspectiva de la intensa complejidad del universo y de ese fragmento del universo que llamamos sociedad humana. Y no hablo del espíritu porque la mayor parte de los que lo mentan pecan contra él.

   Soy optimista porque sé que lo que no tiene futuro es tratar de imponer al universo una rígida camisa de fuerza. Pero del mismo modo que no hay sociedades con almuerzo gratis no hay Historia plenamente humana, en su sentido más elevado y noble, sin lucha contra los tiranos y opresores.

  La servidumbre voluntaria depende en gran medida de nuestros miedos e inhibiciones. Se puede ganar la batalla pero hay que arriesgar y afrontar sufrimientos y sacrificios. También hay que controlar nuestras propias categorías de discurso. La noción de “futuro” ha sido utilizada para degradar la experiencia y la vida por parte de algunos totalitarismos, otros lo han hecho a través de la categoría de Orden o en nombre de Dios.

   Hoy la Ciencia y los expertos te confinan en tu casa para que puedas vivir sometido mejor al orden telemático, en nombre de una supuesta salvación de la Tierra…Patrañas.

Nacido el 3 de noviembre de 1998, el madrileño Guillermo Mas Arellano proviene del mundo del ensayo cinematográfico y la teoría literaria. En los últimos años ha desarrollado una labor de crítica cultural que ha cristalizado en su primer libro, "La Traición de los europeos: Ensayos de Tradición, Modernidad y Lucha por el imaginario". Además dirige el prestigioso programa de YouTube "Pura Virtud: Cine y Literatura

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