Después de la derrota de la Segunda Guerra Mundial, Italia se constituyó en un régimen democrático bajo la tutela de los vencedores. Los fascistas quedaron prohibidos y los partisanos emprendieron una guerra de exterminio en la que asesinaron a unas diez mil personas. Los supervivientes se organizaron en clandestinidad y con la amnistía pudieron reunirse. El 26 de diciembre de 1946, las organizaciones: el Fronte del Lavoro, el Movimento Italiano Unità Sociale, el Movimento de La Rivolta Ideale, la Unione Sindacale Ferrovieri Italiani, decidieron unirse y fundar un partido político, el Movimiento Social Italiano. Este partido para evitar su puesta fuera de la ley se orientó hacia un nacionalismo derechista, el anticomunismo y la defensa del atlantismo durante la Guerra Fría. Entre sus fundadores estuvieron personajes famosos como el diplomático Filippo Anfuso, el mariscal Rodolfo Graziani y el héroe de guerra, príncipe Junio Valerio Borguese. Desde 1953, el MSI consiguió mantenerse en torno al 5-6% del electorado, lo suficiente para tener presencia parlamentaria. El mantenimiento de un discurso anticomunista, católico y favorable a un ejecutivo fuerte le atrajo un elemento conservador que no se identificaba con la Democracia Cristiana. El MSI liderado al principio por Giorgio Almirante (en la fotografía), representante del ala más social y revolucionaria, busco un mensaje más neofascista, pero fue relevado por Arturo Michelini (1954-1969) que profundizó el mensaje conservador. No obstante, su imagen conservadora causó numerosas escisiones en su sector juvenil por su falta de sentido revolucionario.
El MSI consiguió mantener un electorado fiel, a pesar de la marginación política que sufrió con el PCI (Partido Comunista Italiano) por el resto de los partidos democráticos. La Democracia Cristiana encabezó gobiernos de centroizquierda con socialistas, socialdemócratas, republicanos y liberales, para evitar que el PCI pudiese subir al poder liderando un frente de izquierdas, que los Estados Unidos no hubiesen permitido. Otra causa de inestabilidad fue el terrorismo antifascista que asesinó a decenas de militantes en los años de plomo. Sin embargo, el MSI tuvo en el norte una presencia débil, pero caracterizada por una imagen revolucionaria y urbana que se apoyaba en los trabajadores industriales. En el sur, su fuerza provendrá del apoyo de una sociedad rural conservadora. Los pilares del MSI serán el sindicato CISNAL (Confederazione Italiana Sindacati Nazionali dei Lavoratori) que le proporcionará una masa obrera y de empleados que aglutinará a todos los contrarios al marxismo, y la juventud, a través del FdG (Fronte della Gioventù) surgido de la unión de diversos grupos de carácter nacionalista en los ambientes universitarios y de bachilleres. La FdG siempre demostró una gran fluidez ideológica a través de la experiencia de los Campo Hobbit y una fuerte presencia de grupos en el mundo musical, como la Compagnia dell´Anello y Amici del Vento.
El MSI fue un movimiento que aglutinaba un mundo asociativo que evitará, a pesar de la marginalidad, la disolución de su base social. Este modelo servirá de ejemplo a nacionalistas de la Europa occidental. El MSI crecerá bajo el nuevo liderazgo de Giorgio Almirante (1969-1987). En 1970 el MSI celebró su IX Congreso, en el que abandonó la camisa negra y el saludo fascista. Su nueva imagen, sin abandonar la esencia, tendrá rápidas consecuencias en las elecciones administrativas de 1971 al obtener el 13,91% de los votos, sobresaliendo el 27, 2 % obtenido en Catania y el 16,3% de Sicilia, en Roma, se logró llegar al 16,23%. En 1972 el MSI lanzó su proyecto Movimento Sociale Italiano–Destra Nazionale, donde debía integrar a todos los anticomunistas fuera de la Democracia Cristiana. Los liberales se negaron, pero Ordine Nuovo de Pino Rauti y los monárquicos del Partido Democrático Italiano por la Unidad Monárquica aceptaron. El MSI alcanzó el 8,67% de los sufragios y la elección de 56 diputados y 26 senadores. Giorgio Almirante entró en la historia del MSI como su principal secretario general, y el monárquico Alfredo Covelli fue el presidente del partido, en el que se integraron el almirante Gino Birindelli, antiguo jefe del mando OTAN en el Mediterráneo. El MSI-DN tenía una base social de 420.000 afiliados.
Sin embargo, Italia vivía un ambiente social crispado por problemas laborales, la delincuencia organizada y el terrorismo comunista de las Brigadas Rojas y de grupos vinculados con Gladio. Gladio, vinculada a la OTAN, estaba encargada de formar una resistencia anticomunista en caso de invasión soviética y de impedir el acceso al poder del PCI. Durante los años de plomo, entre 1971 y 1998, los grupos terroristas vinculadas a la extrema izquierda cometieron 128 asesinatos, de los que 21 fueron afiliados y simpatizantes asesinados por su pertenencia al MSI, y a sus organismos juveniles y sindicales. Estos sucesos sangrientos repercutieron en la imagen del MSI-DN que empezó a perder votos en beneficio de la Democracia Cristiana. En las elecciones europeas de 1979, obtuvo el 5´4%; en las legislativas de 1987, el 5´8%; en las locales de 1988, el 4%; en las europeas de 1984, el 6´5%; en las europeas de 1989, el 5´5% y en las locales de 1990 un escaso 3´9 %.
Giorgio Almirante en el congreso de Roma de diciembre de 1987, fue elegido presidente y dejó la secretaria general en manos de un joven periodista forjado a su vera, llamado Gianfranco Fini. No obstante, los sectores más revolucionarios apoyaron a Pino Rauti. Sin embargo, Fini recuperó el control del partido y suplió su ausencia de carisma con el fichaje estrella de la nieta del Duce, Alessandra Mussolini, una joven atractiva, que estaba dispuesta a entrar en política y a prestar su apellido para ello. El resultado no se hizo esperar, y coincidió con el estallido de los casos de corrupción en el pentapartido gobernante. El MSI empezó a subir en las expectativas electorales, en las elecciones municipales de 1993, Fini transformó al MSI-DN en Alianza Nacional donde sumó a democristianos y liberales. Aunque, Fini obtuvo en Roma el 46´9% y Alessandra Mussolini en Nápoles el 44´4%, resultados increíbles para un partido de la derecha.
La nueva AN obtuvo un salto espectacular al 13´5% y 109 diputados. La entrada en el gobierno de Silvio Berlusconi causó estupor en las cancillerías europeas. Desde 1945, ningún fascista había logrado entrar en un gobierno democrático y con Berlusconi entraban cinco de golpe. Sin embargo, el de transporte, era el antiguo democristiano Publio Fiori; y el de cultura, el monárquico Doménico Fisiquella, los otros tres, Tatarella, Poli Bortone y Matteoli eran del MSI, pero del sector más moderado. Gianfranco Fini se convirtió en el vicepresidente del gobierno.
En el 2008 el Popolo della Libertá se impuso con el 37,38 % de los votos, entre las incorporaciones al nuevo gobierno berlusconiano, inició su carrera política una jovencísima Giorgia Meloni, presidenta de Giovane Italia, organización juvenil de AN, como responsable del ministerio Política Juvenil. La joven ministra ingresó en los sectores juveniles del MSI con quince años, desarrolló su carrera en AN, y llegó a ministra de Berlusconi con 31 años. Sin embargo, el 23 de abril de 2010, Berlusconi acusó en público de traición a Fini, exigiéndole a la dimisión de todos sus cargos, por considerar su heredero. Fini abandonaba el partido junto a 33 diputados y una decena de senadores para formar Futuro e Libertà per l´Italia, que no tendrá ningún éxito.
El 21 de diciembre de 2012, Ignazio La Russa, Guido Crosetto y Giorgia Meloni fundaron Fratelli d´Italia, tomando como nombre la primera estrofa del himno italiano. Desde entonces las voces llamando a la recuperación del viejo espacio que lideró el viejo MSI se han ido sucediendo. Al año siguiente, en su primera prueba electoral Fratelli d´Italia entraba en el parlamento con 9 diputados, gracias al apoyo de 665.830 italianos, un magro 1,96%. La necesidad de restaurar el campo de la derecha se hizo urgente. Fratelli d´Italia-Alleanza Nazionale sumará a Gianni Alemanno, uno de los líderes de Destra Sociale, quien había sido alcalde de Roma, y que había fundado junto a su mujer, Isabella Rauti, Prima l´Italia.
En las elecciones europeas de 2014, los Fratelli d´Italia consiguieron 1.006.513 votos, un 3,6 %, una votación que mejoraba resultados anteriores pero insuficiente para logra representación al no rebasar el 4% que marca la ley. Por el contrario, la Lega Nord obtuvo 1.688.197 votos, un 6,15% y se convertía en el nuevo referente de la derecha radical. Sin embargo, Giorgia Meloni se convirtió en una verdadera lideresa, dispuesta a reunificar el espacio, con la salida en el 2014 del Partido Popular Europeo. En las elecciones de 2018 sumó un 4.35% y 32 diputados y 4,26% y 18 para el Senado. En este momento, agrupaciones culturales y antiguas personalidades misinas cómo Daniela Santanché, Francesco Storace y Roberta Angelilli se sumaron a la formación, haciendo de losFratelli d´Italia la casa común de la derecha.
En las elecciones europeas de 2019 obtuvieron el 6,46%, eligiendo 6 eurodiputados. Sin embargo, en las elecciones generales del 15 de septiembre de 2022, obtuvo un 26 % con 7.302.517 votos y 119 diputados. Los Fratelli d´Italia se convirtieron en el elemento referente de la derecha italiana, dejando a las formaciones de Salvini y Berlusconi en posiciones secundarias, aunque determinantes para formar gobierno. El actual ejecutivo Meloni da una imagen moderada, atlantista y fiable económicamente en los parámetros que marca la Comisión europea. Únicamente en los ministerios como Cultura o Educación, se hace presente su contenido en defensa de la familia y de la identidad cristiana italiana.
Giorgia Meloni ha sabido convertirse en referente de las derechas europeas con los encuentros “Atreju” que se realizan desde 1998 en Roma, el nombre fue cogido del protagonista de La historia interminable de Michael Ende, que quiere encarnar el ejemplo de un joven comprometido en la confrontación diaria contra las fuerzas del vacío, contra un enemigo que roba la fantasía de la juventud, como sus mayores del MSI usaron El Señor de los anillos de JRR Tolkien. La política italiana es la aliada más estrecha de la denominada derecha iliberal de PiS polaco y el Fidesz húngaro. Giorgia Meloni fue recibida por la American Conservative Union (CPAC) en el 2020, un lobby que promociona los valores conservadores en el Partido Republicano.